Solidaridad y resiliencia: Marcos Gómez y su familia arribaron a Bahía Blanca para ayudar

Una de acciones más difundidas en estos últimos tiempos fue la solidaridad de los platenses ante situaciones de emergencia y necesidad. Ante la experiencia de haber atravesado en el año 2013 las inundaciones más devastadoras de los últimos años, la resiliencia surge entre tanto dolor y desesperación. Tal es el caso del temporal en Bahía Blanca que dejó un devastador saldo de pérdidas similares a lo ocurrido en nuestra ciudad, habiendo aún, luego de casi un mes de la tormenta, varios desaparecidos, entre ellos dos hermanitas que fueron arrastradas por la corriente y aún no hay rastros de ellas.
Entre tanta solidaridad uno de los voluntarios que llegó a la ciudad bahiense fue Marcos Gómez acompañado de uno de sus hermanos y sus padres Roberto y Beatriz. La caravana, que salió como parte de una cruzada solidaria desde una iglesia local, terminó uniendo a toda una comunidad para llevar ayuda y contención.
La caravana marchó este pasado lunes 24/3 rumbo a Bahía Blanca con todas las donaciones recolectadas y fueron recibidos con mucho entusiasmo por los vecinos bahienses de una de las zonas más afectadas.
El grupo fue hospedado por vecinos del lugar que convirtieron su patio en una especie de centro de operaciones: de allí se organizaron las donaciones ,las rutas, los destinos y luego de hacer un trabajo de campo por los barrios más necesitados, pudieron llegar con éxito a lugares donde la ayuda aún es de carácter urgente.
En cuestión de algunas horas, el club barrial los convoca para descargar dos camiones con acoplado repleto de donaciones enviado por Cáritas que acababa de arribar al club. De pronto se multiplicaron los insumos y las manos dispuestas a ayudar. Marcos salió desde el club junto a su familia y el grupo de voluntarios, y recorrieron varios barrios de las zonas más bajas donde la necesidad aún es desesperante.
Otro de los puntos importantes donde arribaron con la ayuda fue al hospital Penna, del que tuvieron que evacuar a los bebés recién nacidos en medio de un desesperante operativo de rescate. Allí pudieron dejar las donaciones de insumos sanitarios, gasas, sueros, pañales, entre otras cosas. Cabe destacar que pudieron rescatar con éxito a todos bebés que se encuentran a salvo, en el tercer piso de dicha institución, ya que la zona de neonatología quedó bajo el agua, el barro y los desechos de cloacas que estallaron en medio de la tormenta.
La solidaridad y la empatía fueron los estandartes de cada grupo que arriba a Bahía Blanca desde que pasó el temporal. En esta oportunidad Marcos, el papá de Kim, estuvo del otro lado, llevando un poco de alivio tal vez, acompañado de muchos que como él, sintieron que ayudando uno se ayuda a sí mismo también.

