Robertito y su fobia a las alturas en el edificio más alto de Corea: “¡No quiero ver!”

El miedo se apoderó de Robertito Funes Ugarte en lo alto de la Lotte World Tower en Seúl, donde la propuesta de cruzar una pasarela elevada a más de 500 metros lo enfrentó a uno de sus mayores temores.
La experiencia, enmarcada en Por el Mundo (Telefe) junto a Marley y el equipo de producción, se transformó en una prueba de nervios, pero también de risas para el conductor y su equipo.
En el ascensor, que los subió a más de 250 metros, la cosa se puso heavy. “Se me tapan los oídos, la pu… madre cómo subió. Uy, Dios mío”, decía Robertito, mientras Marley intentaba calmarlo con chistes. El periodista, ya medio entregado, hasta le pidió a Marley: “Si yo me pongo a gritar, ¿vos me ayudás, por favor?”.
Arriba, la vista de Seúl era una locura, pero lo peor estaba por venir. Le avisaron que tenían que cruzar una pasarela a 541 metros, ¡con viento y lluvia! “¿Y a vos quién te dijo que yo voy a subirme ahí?”, preguntó Robertito, ya con la cara blanca. Ni la mención de su abuelo andinista lo hizo cambiar de opinión.
Cuando lo empujaron al piso de vidrio, el terror fue total: “¡No quiero ver!”, gritó, como si lo estuvieran torturando.
Después de ponerse los trajes de seguridad, Robertito escribió un deseo en la pared: “Por muchos más Por el Mundo, que es lo mejor que hay, y que no me suba al puente colgante”. Y de repente, ¡golazo! El personal avisó que por el mal clima, la actividad se suspendía. La cara de Robertito fue un poema de alivio. “Se le cumplió el deseo. Gracias a Dios”, dijo, casi llorando de la emoción.
Marley, cargándolo, le tiró: “Podrías haber pedido un millón de dólares”. Pero Robertito, con la voz todavía temblorosa, le respondió: “No, bueno, pero uno pide lo inmediato. Está ansioso”. Y cerró, agradecido al cielo coreano: “Ojo con lo que deseás que se cumple, ¿Viste? Acá está”.