Avanzan las obras del polo de seguridad más grande de la provincia: en la esquina de 20 y 50

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Para garantizar una mayor eficiencia y rapidez en el accionar del sistema de prevención de la ciudad, la Municipalidad avanza con el montaje del Centro de Operaciones Municipal (COM), un innovador espacio en el que funcionarán todas las dependencias del Gobierno local dedicadas a la seguridad, el orden público y las emergencias bajo un nuevo concepto de integralidad con tecnología de punta.

Según se informó, ya comenzaron los trabajos para transformar el abandonado edificio de la esquina de 20 y 50 en el centro operativo más grande de la provincia de Buenos Aires en materia de prevención, que centralizará a las diferentes áreas que hoy funcionan en distintas locaciones.

Con la previsión de inaugurarlo durante los próximos días, la gestión actual prepara los procesos licitatorios para adquirir un nuevo sistema de videovigilancia con 1200 cámaras que se sumarán a las 920 existentes y 100 lectoras de patentes que se incorporarán al anillo digital unificado con Berisso y Ensenada para controlar vehículos en los principales accesos.

Del mismo modo, el COM mantendrá comunicación directa con los 120 patrulleros que desembarcarán en La Plata para extender el sistema de prevención a toda la ciudad. También permitirá monitorear entre 900 y 2000 nuevas cámaras con sistema de fibra óptica a cuyas imágenes tendrá acceso el Poder Judicial y será dotado con un sistema digital de videovigilancia de 39 pantallas, otro de 24 y un tercero de 6 destinado a emergencias.

Para su puesta en funcionamiento, la Municipalidad generará nuevos puestos de trabajo en diversas áreas, incluyendo la atención telefónica al vecino, las salas de operaciones del Sistema de Atención Médica en Emergencias (SAME), el videowall y los espacios dedicados a reuniones y a la visualización y edición de imágenes.

DE UN BASURAL AL POLO DE SEGURIDAD

Mientras avanzan los trabajos finales, el Municipio ya retiró ⁠100 camiones con chatarra, motos abandonadas, partes de motovehículos, escombros, colchones, botellas, mobiliario roto y sucio, alambres, cables, cartelería, neumáticos y cestos de residuos, entre otros objetos en desuso.

Además, las oficinas del lugar se encontraban con goteras y humedad, los baños presentaban importantes roturas, las conexiones de agua de los sanitarios eran deficientes y las de electricidad se hallaban en muy malas condiciones. Algunos de los espacios, incluso, sufrían riesgo de derrumbe y debieron ser desmantelados.